Richard Avedon (Nueva York,
15 de mayo de 1923 - San Antonio, Texas, 1 de octubre de 2004) fue un fotógrafo
estadounidense.
Reputado fotógrafo de modas y
gran retratista, comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando
espléndidos trabajos de moda para la revista Harper's Bazaar, donde acabó
convirtiéndose en Jefe de Fotografía. Posteriormente, habría de colaborar igualmente
con otras revistas como Vogue, Life y Look. Sin duda alguna, fue el gran fotógrafo
de la moda durante los años 1960 y 70. En sus trabajos consiguió elevar la
fotografía de moda al rango de lo artístico, al conseguir acabar con el mito de
que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en
sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos
dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente
decididos.
En los años 1960, Avedon se
reveló como un artista comprometido con las inquietudes sociales de su tiempo. Durante
el año de 1963 fotografió el Movimiento por los Derechos Civiles en el sur de
los Estados Unidos, colaborando en los siguientes años con James Baldwin en el
libro Nothing personal. A finales de los 1960 y principios de los 1970, Avedon
realizó reportajes sobre líderes militares y víctimas en la Guerra de Vietnam y
manifestaciones anti-guerra en los Estados Unidos para el diario New York Times.
En la Navidad de 1989-1990 marchó a Alemania para documentar una ciudad
dividida en dos mundos diferentes la noche en que caía el Muro de Berlín.
Sus retratos, aparentemente
sencillos pero profundamente psicológicos, de personalidades famosas y
desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco, muestran a un
cuidadoso fotógrafo capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de
los rostros de personajes de la envergadura de Truman Capote, Henry Miller, Humphrey
Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros. Su método era sencillo pero
efectivo, la derrota anímica del contrario fotografiado a través de largas y
cansadas sesiones de hasta cuatro horas. Así desnudo, el retratado e indefenso
era capaz de mostrar su personalidad más sincera.
En el año 1979 comenzó el que habría
de convertirse en uno de sus trabajos más importantes. Por encargo del Museo
Amon Carter, de Fort Worth, Texas, Avedon dedicó cinco años a recorrer el oeste
de los Estados Unidos para documentar a las personas que nunca escribirían la
historia de su país. En esta obra, titulada In the american west, nos presenta
a granjeros, mineros, vagabundos, prostitutas, amas de casa, presos, vaqueros
de rodeo o empleados de pequeñas oficinas, etc. en fotografías de gran formato
tomadas con luz de día, al aire libre y como siempre, ante un fondo blanco. Nada
hay en ellos del sueño americano o de la tierra prometida, pero son retratos de
individuos que han sido observados y artísticamente elevados por la cámara de
Avedon mediante una composición sobria, logrando así una considerable fuerza
expresiva.
Al término del proyecto, Avedon
había recorrido un total de 189 poblaciones en 17 estados; había fotografiado a
752 personas utilizando alrededor de 17.000 placas de película. De ésta
colección, escogió 123 retratos que conformarían la serie In the american west 1979
– 1984.
Además del gran formato utilizado
para sus fotografías de moda o retratos, desarrolló una obra en paralelo, utilizando
el paso universal, que refleja sus vivencias más personales, como viajes o
recuerdos familiares.
Algo muy profundo subyace a lo
largo de toda la obra de Avedon y, sin embargo, no siempre se ha acertado a
concretar en los trabajos realizados en torno a su figura. Es una preocupación
sincera, pero a veces elegantemente obsesiva. El tiempo, la vejez y sus
tensiones, resulta ser el motivo fundamental en la obra de Avedon. Vemos en su
arte cómo nos habla directamente del paso del tiempo y su influencia en el ser
humano, y, cómo no, del camino hacia la muerte. Son esos retratos
descontextualizados que aparecen ante la cámara sin maquillaje, fatigados o
tristes, tal y como se encontraban en ese momento, los que claramente denotan
esta inquietud. El final de su libro Portraits (1976), por ejemplo, culmina de
forma tremenda pero magistralmente tratada con una serie de siete fotografías
de su padre envejeciendo gradualmente hasta que parece haberse integrado en la
luz que le rodea.
El 25 de septiembre de 2004
Avedon sufrió una hemorragia cerebral en San Antonio, Texas, mientras se
encontraba en una sesión fotográfica para un proyecto encargado por la revista
The New Yorker, el cual se titulaba «On democracy», y se enfocaba en el proceso
electoral del 2004 en los Estados Unidos; se trataba de retratos de candidatos,
delegados de las convenciones nacionales, entre otros involucrados en el tema. Murió
en la misma ciudad el 1 de octubre de ese año a consecuencia de las
complicaciones médicas.
En el año 1991 recibió el Premio
internacional de la fundación Hasselblad.
Autor del post: Francisco Javier Guevara Herráez.
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